Confieso que no me encantan las fofuchas... no se por qué, si es que las veo como clones, todas ellas tan altas y cabezonas, con los ojos de un color de otro, más estilo dibujo manga o como botones negros y pestañudos, pero todas ellas con esas enormes sonrisas de linea fina que terminan en unas mejillas rojas a lo Heidi... Sin embargo decidí hacer una y probar qué tal me quedaba porque me las pidieron más de una vez... y lo cierto es que me gustó mucho hacerla! Y además quedé bastante conforme con el resultado. Así que reivindico a la fofuchas y fofuchos (en breve tendré que hacer al novio) y a los fofuchitos que vendrán, y a las fofuchas y fofuchos con sus diferentes profesiones o deportes. Aqui estoy con la tijera en mano y la silicona calentando, y que no se diga que todas mis sorpresas se tienen que comer o poner encima de una tarta...
Hay tartas que sólo resultan significativas para el homenajeado, quien se la obsequia y poca gente más... me pasó que me encargaran una para una despedida de solteros, querían a los novios en un espumos yacuzzi peeero, que las prendas que se vieran al pie de la bañera no fueran la clásica bata o el "picardías" femenino... sino dos pares de madreñas y una montera picona!! Para quienes no viven o tengan estrechos lazos con Asturias, aclaro que tales prendas forman parte del vestuario tradicional de esta bella región del norte de España, donde tengo el placer y privilegio de vivir, desde hace casi 12 años...
Esta tarta tiene su historia: me encargó Lara, una encantadora cántabra para obsequiar el día de su boda a un pintor, fan de su Vespa y radioaficionado. Espero que haya disfrutado de la sorpresa, ya que Lara y yo sufrimos mucho por culpa del calor intenso de esos días de julio, que hizo que el traslado de la tarta fuese muy accidentado y no llegara como debía... así que hubo que repetirla!!
Menos mal que el amigo Ofi y su moto eran de porcelana así que llegaron sin problemas a Santander, sólo fue repetir la tarta y los pequeños accesorios... Cómo que "sólo"? Si hubiesen medido mis niveles de stress de ese día saltaban los marcadores, pero finalmente salió igual de bien que la primera y gracias a una buena amiga que hizo el segundo traslado, la tarta llegó sana y salva... qué alivio!
Un día recibì un mal de Ana que me pidió una tarta para sorprender a su novio el día de su boda. Quería que estuviesen ambos y su perrita en su viejo Chevrolet, vistiendo sus trajes de novios. El problema es que no sabíamos cómo se vestiría Javi, y como seguramente sería de algún color oscuro, decidimos darle un toque de color y humor vistiéndolo como su ídolo, Rocky Balboa... Alguien me dijo que el Chevy se parecía más a un Porsche, pero se que a los novios les encantó. Y como tuve que tallar la tarta para darle la forma, hubo muchos recortes... y bueno, no tuve más remedio que probar y convidar a mis hijos, y todos concluimos en que estaba muy buena!! Gracias Ana por confiarme la tarta de una noche tan especial Os deseo a los dos muchísima felicidad en vuestra vida de casados. Hasta la próxima!
Una tarta de cumpleaños, o de aniversario, puede ser sólo un postre o la excusa perfecta para demostrarle a alguien cuánto nos importa o qué bien le conocemos, podemos lograr que se ría, se emocione o en definitiva lo que siempre sucede... ¡se sorprenda!
Las Sorpresas de Azúcar son un mimo hecho tarta, cupcake o galleta, son una manera muy dulce de decir “Te quiero, y tanto que mira lo que he encargado para tí”. Y a través de los talleres llegamos más lejos, a decir “¡mira lo que aprendí a hacer y he hecho para tí!”
Sorpresas de Azúcar: Tartas personalizadas, cupcakes y otros caprichos. Talleres para aprender a realizar tus propias creaciones.
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